Desde Ayapunt, queremos incidir en hábitos educativos de gran importancia. La afición a leer contempla la doble vertiente de contribuir con el desarrollo intelectual del niño la vez que se presenta como un pasatiempo sano y divertido que fomenta la imaginación.
Conseguir que un niño lea sin que nadie le obligue no tiene por qué resultar una misión imposible. Las nuevas tecnologías pueden ser las grandes aliadas de los padres para que los jóvenes se aficionen a la lectura. Otras sencillas pautas, como evitar obligarle a que lea o motivarle a través de los temas que le interesan, también pueden lograr que a un niño sin afición por los libros, se le despierte la motivación por leer.
Según las estadísticas al respecto, los niños españoles son buenos lectores entre los ocho y los 13 años. Los jóvenes leen de manera habitual hasta los 14. Pero a partir de esa edad cambian los hábitos y desciende el interés por los libros. Así lo refleja el estudio sobre hábitos de lectura de la Federación de Gremios de Editores de España. Por tanto, es importante detectar a tiempo la pérdida de afición del niño por la lectura y así proceder en consecuencia para reactivar el hábito lector que nuestros hijos llevan dentro. Los tips más importantes a tener en cuenta y garantizar nuestro éxito son:
– Primero y más importante, No obligar al niño a leer. El amor por los libros debe surgir de manera espontánea para que se mantenga en el tiempo y no se convierta en una lucha sin fin. De hecho, es contraproducente transmitir que la lectura es una obligación. Cada niño lleva su ritmo con los hábitos de lectura y conviene respetarlos.
– Segundo, Enganchar al joven lector con los temas que le interesan. Piratas, fútbol, cine, animales, videojuegos, cualquier tema que despierte la pasión y curiosidad del niño es un enganche para acercarle a los libros que tratan sobre esos temas. Se convierte en la puerta de entrada para que el joven descubra la lectura con motivación.
– Tercero, Padres que saben contar cuentos con ritmo. Sentar las bases para amar los libros desde que los niños tienen los dos o tres años es el punto de partida para que crezcan con interés por acercarse a los libros. Y una forma de conseguirlo es que los padres sepan contar los cuentos con ritmo. Es decir, convertirse en cuentacuentos, que aporten una entonación y ritmo adecuados a la narración, que atrape al futuro lector.
– Cuarto, Predicar con el libro en la mano. El ejemplo de unos padres que leen es fundamental para que el niño se acerque a los libros. De poco sirve decir tienes que leer si el niño o el joven no ven nunca a sus padres haciéndolo.
– Quinto, Tener libros en casa. Los libros pueden ser uno más de la familia. Tenerlos cerca facilita el acceso a la lectura. Un niño o joven cuyo entorno está rodeado de libros tiene más probabilidades de despertar el interés por ellos. Por ello, conviene tenerlos a mano cuando esa motivación aparezca.
– Sexto, Bibliotecas como forma de ocio para los niños. Visitar la casa de los libros es una buena forma de avivar en el niño su interés por la lectura. Las bibliotecas están organizadas en la actualidad con espacios atractivos e interactivos para los niños, donde se realizan actividades como contar cuentos a través de la música y el movimiento.
– Séptimo, La tecnología como aliado para fomentar la lectura infantil y juvenil. Los dispositivos, como los libros electrónicos, son una herramienta útil para que el niño se acerque a la lectura de una manera más interactiva. Acciones como: poner el dedo encima de una palabra y ver su significado, reescribir o compartir textos abren una nueva dimensión sobre la forma de leer. Aunque, conviene que los niños también se acerquen al libro tradicional y aprendan a usarlo y disfrutarlo.
A modo de conclusión recalcar la valiosa idea de que la afición a leer en los niños llega por la motivación y no por la obligación y los padres somos los principales actores para que esa motivación se haga efectiva en nuestros hijos. ¡Así que ya sabes motívales a leer!
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